Un boliviano estaba en Buenos Aires observando El Obelisco; en eso se acerca un gaucho:
"Che bolita, ¿qué hacés, boludo?"
"Estoy mirando El Obelisco".
El argentino, que estaba con ganas de molestar, dice en tono fanfarrón:
"Sabés una cosa, bolita, este obelisco es un monumento a la verga de mi padre".
El boliviano se queda observando admirado El Obelisco; saca una cinta métrica y comienza a medir el diámetro. Otra vez se acerca el gaucho con ganas de joder:
"¿Y ahora qué hacés, bolita?"
"Estoy midiendo la concha de tu madre".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario