lunes, 24 de noviembre de 2008

FUNERAL

Entra un borrachito al velorio de un señor, se dirige al ataúd, observa al difunto y comienza a llorar con mucho sentimiento y a decir:

"No somos nada, hip, no somos nada."

Y así siguió llorando y diciendo esta frase, cuando se le acercó una de las personas que también se encontraba en el velorio y le preguntó:

"¿Tanto quería a su amigo señor, que le duele mucho su muerte?"

El borrachito se vuelve y le contesta muy enojado:

"Que acaso no está oyendo que no somos nada, ni familia, ni amigos y ni siquiera conocidos."

No hay comentarios: