domingo, 12 de abril de 2009

DURMIENDO

Un día llega Javier al trabajo muy triste diciendo:

"¡¡La cague, la cague, no sé porqué, pero la cague!! sniff,sniff¡¡."

Entonces sus compañeros lo vieron tan mal que uno se acercó a él y le dijo:

"Oye Javier, si te mandaste alguna cagada dímelo, tú sabes que soy tu mejor amigo, yo te puedo aconsejar."

Javier:

"¡¡No compadre, si yo la cague, la cague¡¡ (seguía llorando)"

"Vamos, no seas cerrado dímelo, a lo mejor te puedo ayudar."

"Sniff¡¡ Lo que pasó es que esta mañana al despertar vi a mi señora durmiendo plácidamente, y quería tiernamente despertarla con un pedíto en la oreja ...¡¡y la cague, la cague, la cagueeeee¡¡¡ sniff, sniff¡¡"

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